Durante este viaje, tuvimos el privilegio de que un equipo de cuatro viniera desde Alaska para asociarse con nosotros en Honduras. Nos alojamos en Piedra Morrada, una pequeña comunidad en Flower Mountain. Fue genial seguir profundizando nuestra relación con la gente de Piedra Morrada.
También nos dio la oportunidad de conocer a un hombre llamado Roberto. Roberto es el hermano de Santos, un compañero de ministerio de mucho tiempo que recientemente se fue a los estados. Roberto asumió la responsabilidad del negocio de café de Santos y la iglesia en Honduras. Conocíamos a Roberto de encuentros pasajeros, pero pudimos profundizar nuestra relación y escuchar su corazón por su comunidad.
Hicimos de Piedra Morrada nuestro campamento base, mientras caminábamos hacia dos pequeños pueblos más allá en las montañas: Ojo de Agua y La Libertad. Fue grandioso tener un grupo pequeño yendo a estas comunidades porque rara vez tienen visitantes.
Las últimas veces que fuimos allí con grupos más grandes, se escondieron rápidamente porque estaban abrumados. Esta vez fue muy diferente. Ambas comunidades nos recibieron calurosamente. Fue realmente sorprendente ver a los hombres, que generalmente se mantienen alejados de nosotros, pasar tiempo con nuestro grupo durante unas horas.
Pudimos compartir el Evangelio con aproximadamente una docena de personas en los dos pueblos. Aunque ninguno de ellos aceptó a Cristo, creemos que se plantaron buenas semillas durante nuestro tiempo allí. Incluso se nos permitió compartir historias bíblicas y obras de teatro en la escuela de Ojo de Agua. A los niños les encantó y fueron muy receptivos. Fue una semana increíble y nuestra oración es que las semillas que se plantaron echen raíces.